El relax del primer mundo

Pues sí, ayer fuimos a una sesión de relax como regalillo de reyes de la prima de mi fiance. Aunque yo pasé frío (cosa que me ocurre hasta en casa con la calefacción puesta y bajo una manta), la sesión es bastante agradable. El momento cumbre fue tumbarse sobre un colchón de agua que por debajo tiene chorros que te van masajeando. ¡Unas ganas de gritar a lo Herbal Essence!!! La sesión finalizaba con 20 minutos de masaje por todo el cuerpo mientras chorros de agua te recorren todo el ídem. Y mientras me dejaba arrastrar por el placer (y luchaba contra una leve sensación de frío, todo hay que decirlo) una pequeña voz de mi conciencia clamaba: ¡Qué hay gente que se muere de sed!!! ¡Qué hay muchos que no tienen agua potable!!!! ¡Qué este mundo está, de verdad, muy mal repartido!!!

El orden del caos

Ayer me fui a Ikea con mi amiga. Ella conduce un pequeño pequeño pero apañado, de esos que mueves los asientos para tener más espacio en el maletero y a la inversa. Compré cajas de todos los tamaños, y ya le he colocado en mi armario. Así que ahora tengo un cajón lleno de cajas que me permite ordenar el orden. Me encanta abrir el armario y ver los cajones, y abrir los cajones y ver las cajas, y dentro la ropa clasificada por tamaño y función. Me pregunto qué diría Freud de eso.
Pero es que, en un mundo caótico, donde nada tiene sentido ni orden más que el del interés arbitario de los poderosos, poderosetes y poderosillos, ¡qué placer disfrutar de mi rincón del orden!